Vigorexia: La Obsesión por la Musculación y la Imagen Corporal
- mccasasag
- 31 ene 2024
- 2 Min. de lectura
La vigorexia, también conocida como dismorfia muscular, es un trastorno de la imagen corporal caracterizado por la obsesión patológica con la musculación y la búsqueda constante de un cuerpo musculoso y "perfecto". A diferencia de otros trastornos alimentarios, la vigorexia se centra principalmente en el deseo de aumentar la masa muscular y lograr una definición extrema.

Las personas que padecen vigorexia tienen una percepción distorsionada de su cuerpo, creyendo que nunca son lo suficientemente musculosas, independientemente de su tamaño o desarrollo real. Esta obsesión puede llevar a comportamientos perjudiciales para la salud, como el sobreentrenamiento, el uso excesivo de suplementos o esteroides anabolizantes, y la restricción extrema en la dieta para reducir el porcentaje de grasa corporal.
La vigorexia a menudo surge de la presión social y los estándares de belleza poco realistas que promueven la musculación como un ideal masculino. Sin embargo, también afecta a mujeres y puede manifestarse de manera diferente, como una obsesión por la tonificación extrema.
Los individuos con vigorexia pueden experimentar ansiedad, depresión y baja autoestima, ya que su valía personal se vincula estrechamente a su apariencia física. La obsesión con la musculación puede interferir en las relaciones interpersonales, el rendimiento académico o laboral, y en general, en la calidad de vida.
El tratamiento para la vigorexia implica abordar la obsesión con la imagen corporal y la percepción distorsionada de la realidad. La terapia cognitivo-conductual, la terapia grupal y el apoyo nutricional son herramientas efectivas para cambiar patrones de pensamiento perjudiciales y desarrollar una relación más saludable con la actividad física y la alimentación.
Reconocer la vigorexia como un trastorno legítimo es esencial para brindar apoyo a quienes lo padecen. La comprensión y la conciencia pública son pasos cruciales para desafiar los estándares de belleza poco realistas y fomentar una cultura que valore la diversidad de cuerpos y estilos de vida saludables.
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